A lo largo de mi carrera he visto cambiar muchas cosas. He pasado de Borland a Visual Studio, de vi a Sublime Text, de Sublime a VS Code… Y créeme, cada cambio fue una decisión meditada que me costó semanas de adaptación. Pero lo que está pasando ahora con las herramientas de IA es algo completamente diferente.
Me he encontrado usando Copilot por la mañana, probando Cursor por la tarde, y echando un vistazo a Claude Code antes de irme a dormir. Y no soy el único. Los desarrolladores hemos pasado de ser fieles como perros a nuestras herramientas a ser… bueno, promiscuos.
El fin de dos dogmas inquebrantables
Hace poco leí un artículo de RedMonk que me hizo reflexionar sobre esto. Históricamente, había dos cosas que dábamos por sentadas en el mundo del desarrollo:
Primera: Los desarrolladores eran leales a sus herramientas. Una vez que dominas Emacs, ¿por qué cambiar? Una vez que te acostumbras a los atajos de teclado de tu IDE favorito, ¿para qué aprender otros? Era el síndrome del patito feo en su máxima expresión.
Segunda: Las herramientas para desarrolladores eran gratuitas. Punto. Pagábamos por todo menos por nuestro editor de código, nuestro compilador, nuestro depurador. Era impensable que una empresa pidiera presupuesto para algo que podías descargar gratis.
Y entonces llegó 2021 y GitHub Copilot cambió las reglas del juego.
Cuando GitHub rompió el molde
Copilot fue revolucionario no solo por la IA, sino porque demostró que los desarrolladores SÍ estaban dispuestos a pagar por herramientas. En dos años llegó a los 100 millones de dólares de ingresos recurrentes. ¿Te imaginas? Una industria que había resistido durante décadas a pagar por herramientas de desarrollo de repente abrió la cartera.
Pero lo más sorprendente no fue eso. Lo sorprendente fue que llegó Cursor y en 12 meses consiguió lo mismo que Copilot en dos años. Y muchos de sus usuarios eran… antiguos usuarios de Copilot.
La explosión cámbrica de herramientas
Ahora mismo estamos viviendo una explosión cámbrica de herramientas de desarrollo con IA. Solo para darte una idea, en el último año han aparecido: Cursor, Cline, Windsurf, Bolt, Replit, v0, Lovable, Same.dev, vibes.diy… Y cada una tiene su enfoque particular.
Algunas son más conversacionales, otras más especializadas. Algunas te dan control total, otras hacen todo por ti. Algunas mantienen la interfaz tradicional del IDE, otras son poco más que un campo de texto.
Y aquí está lo curioso: los desarrolladores las estamos probando todas.
¿Por qué somos tan infieles ahora?
Después de mucho pensarlo, creo que hay varias razones:
La IA cambió las reglas del juego. Cuando la entrada principal es lenguaje natural en lugar de código, los atajos de teclado y la memoria muscular importan mucho menos. Aprender una nueva herramienta ya no significa reaprender 200 combinaciones de teclas.
Cada herramienta es genuinamente diferente. No es como antes, donde cambiar de Eclipse a NetBeans era básicamente lo mismo con botones en lugares distintos. Cursor trabaja de una manera, Cline de otra completamente diferente.
Los límites de tokens nos obligan a ser creativos. Cuando se te acaban los créditos en una herramienta, simplemente saltas a otra. Es como tener varias tarjetas de crédito para cuando una llega al límite.
La experimentación es parte del proceso. Estamos en una fase donde nadie sabe cuál será el enfoque ganador. Es como los primeros días de la web, cuando nadie sabía si triunfaría HTML, Flash o algo completamente diferente.
La experiencia personal
En mi caso, he probado al menos 8 herramientas diferentes en los últimos 6 meses. Cada una tiene su lugar:
- Copilot para el día a día en VS Code
- Cursor cuando necesito conversaciones más largas sobre el código
- Claude para arquitectura y planificación
- v0 para prototipado rápido de interfaces
Y sí, cambio entre ellas según el proyecto, el momento del día, o incluso mi estado de ánimo. Es algo que hace cinco años habría considerado una locura.
El lado económico
Aquí viene lo que me preocupa: el coste. Conozco desarrolladores que están gastando cientos de euros al mes en herramientas de IA. Esto está creando una división que antes no existía.
Antes, un desarrollador junior tenía acceso a exactamente las mismas herramientas que un senior. Ahora, quien puede permitirse mejores herramientas de IA tiene una ventaja real. Es como si de repente la capacidad de compra determinara tu productividad como desarrollador.
Reflexiones para el futuro
Como alguien que ha visto muchos ciclos tecnológicos, te puedo decir que esto es temporal. La industria se consolidará, algunas herramientas desaparecerán, otras se harán dominantes.
Pero mientras tanto, mi consejo es:
No te cases con una herramienta. Por primera vez en décadas, ser promiscuo es una ventaja.
Aprende los conceptos, no las herramientas. Entiende qué hace cada tipo de herramienta, no cómo usar cada botón.
Mantén un presupuesto. Es fácil acumular 10 suscripciones de 20€ al mes sin darte cuenta.
Documenta tu proceso. Cuando cambies de herramienta (no si, cuando), tener documentado tu flujo de trabajo te ahorrará tiempo.
Conclusión
Estamos viviendo un momento único en la historia del desarrollo de software. Por primera vez en décadas, la lealtad a las herramientas es una desventaja. La promiscuidad se ha convertido en supervivencia.
Como desarrollador con experiencia en múltiples ciclos tecnológicos, te puedo decir que es emocionante y agotador a la vez. Pero también es una oportunidad única para redefinir cómo trabajamos.
La próxima vez que te encuentres probando la herramienta de IA número 15 de la semana, no te sientas culpable. Es parte del proceso. Solo asegúrate de que toda esa experimentación te esté haciendo mejor desarrollador, no solo más ocupado.
¿Qué opinas? ¿Eres de los que se mantiene fiel a una herramienta o también has sucumbido a la promiscuidad tecnológica? Te leo en los comentarios.
Comentarios